La Hipótesis Extraterrestre científicamente
considerada
de
Rodolfo Saucedo,
el Viernes, 12 de noviembre de 2010 a las
20:24<facebook>
Pioneros de la investigación
¡Cuántos que ahora pretenden persuadirnos de la efectiva
existencia de extraterrestres en nuestro planeta Tierra,
quienes supuestamente van y vienen en sus naves a las que con
ignorancia se les llama ?OVNIs?, no habían siquiera nacido
cuando el Centro de Investigación de Objetos Voladores
Inidentificados (C.I.O.V.I.) daba sus primeros
pasos, animándose a atisbar el entonces misterioso mundo de
los ?platos voladores? y la presunta inteligencia no humana
que estaba detrás de ellos!
Estos noveles extraterrestristas, no saben lo qué era
entrar a la redacción de un diario, y provocar con la mera
presencia, las risas socarronas de los periodistas, aunque
siempre alguno accedía a atendernos. Éramos los ?cruzados? de
una causa perdida de antemano, los ?locos? que planteábamos la
necesidad de investigar algo que la gente denunciaba andaba
por los cielos.
Arrancamos de cero. En Uruguay investigó de manera
deliberada, organizada y continuada el tema, hasta que surgió
el C.I.O.V.I. Unos cuantos vinieron detrás, luego de década y
algo de haber hecho camino. Nosotros continuamos impertérritos
nuestra marcha y nuestra actividad que nunca se detuvo, ni
siquiera cuando al Uruguay le tocaron vivir horas
aciagas.
Somos los primeros, somos pioneros, y sí, en el ámbito de
la investigación privada mundial, sabemos que somos de los
mejores.
Lo afirmamos con pleno conocimiento de lo que hay por
ahí. Lo decimos con sensatez y por qué no, con orgullo.
La Hipótesis Extra Terrestre, o HET como se le ha
conocido por décadas en el ámbito ovnilógico, es tal, y nada
más que eso: una hipótesis entre otras. El Centro la manejó,
inicialmente casi adoptándola como la mejor, y luego, buscando
otras alternativas, al ver que resultaba insuficiente e
inadecuada para explicar el fenómeno que estábamos
investigando y estudiando. Y en esto, nos sentimos acompañados
por los mejores investigadores y estudiosos mundiales, baste
mencionar a dos de ellos (quienes no los conozcan, que busquen
referencias en la Internet): el Dr. Joseph Allen Hynek, y el
Dr. Jacques Fabrice Vallée.
Una exigencia absurda
Para algunos veteranos ovnílogos, tal parece que
abandonar la HET, o rechazar la explicación ET para el
fenómeno en cuestión, es una especie de herejía aborrecible,
de incumplimiento de un dogma. Si no se acepta que existen ET,
no se puede declarar ser un ovnílogo. Según algunos ?cuya
cantidad no pasa de los dedos de una mano? fuimos ovnílogos en
el pasado, pero hemos dejado de serlo ahora, por rechazar
fundadamente la explicación ET.
Quienes así pretenden clasificar y encasillar a la gente,
no tienen base alguna para sustentar tan ridícula postura, y
menos el derecho de dictaminar quién es y quién no es
ovnílogo, simplemente por discrepar con lo que esos tales
querrían representar como la ?ortodoxia? en ovnilogía.
Es lamentable que haya gente que aunque se ha dedicado
seriamente al tema, no haya evolucionado en 40 años, y siga
pensando como si el mundo todo, si los conocimientos
científicos y si la tecnología desarrollada en todo ese
período, no nos obligasen a considerar todo el fenómeno desde
una perspectiva actual, y no de la que se podía tener en los
años 40 o 50.
Y algo más. A pensar con nuestra propia cabeza, y no con
ideas prestadas o instiladas deliberadamente, y menos aún a
caer en creencias, porque ¡claro está! las afirmaciones que se
hacen desde una postura de fe, nunca reclaman la exigencia
básica de la evidencia que plantea el conocimiento científico,
que es, por su parte, transmisible, verificable y
actualizable.
Los emotivos partidarios de la ET, esgrimen argumentos
muy endebles y débiles, similitudes que no resisten el menor
análisis serio (?si fuimos a la Luna, por qué ellos no pueden
venir acá?) y una serie de retruécanos verbales, para querer
que se acepten cosas como que ?ellos están entre nosotros?,
?ellos se hacen invisibles?, ?sólo se revelan a los elegidos?,
y ?se comunican telepáticamente con nosotros?. Vaya lindo
mito, en el cual, religiosamente, algunos ?más de lo
razonablemente admisible? han caído en creer. Con el debido
respeto que nos merecen las personas de buena fe, les decimos
¡que la inocencia les valga! Pero no se dejen engañar,
manipular, y principalmente estafar. ¡Cuiden su dinero!
Las ?evidencias? apuntan a otra cosa
En un campo más aparentemente racional, se pretenden
presentar como evidencias relatos de sucesos, a veces
respaldados por fotos ?en el 99.99% de mala calidad? o por
detecciones radáricas (los ET no llegaron a desarrollar la
tecnología ?stealth?), para sustentar que indudablemente andan
por ahí aparatos extraños, que dejan huellas, y que hacen
maniobras inverosímiles, e imposibles de realizar por ningún
ingenio humano, ¡desde 1947 a 2007!
Estancados como estarían en su desarrollo
científico-tecnológico, estos ET, siguen haciendo las mismas
maniobras, y mantienen las mismas características en 50 años.
¿No llama esto la atención?
Respecto a luminosidad u opacidad, maniobras,
velocidades, alturas, persecución de aviones, observaciones
por pilotos, etc. recomendamos muy sinceramente a estas
personas que se tomen el trabajo de leer el documento del
Reino Unido, que fue secreto durante 27 años y que sólo
circuló entre quienes tenían derecho a acceder al mismo como
autoridades, titulado: ?Unidentified Aerial Phenomena in
the U.K. Air Defence Region: Executive Summary - Scientific
& Technical Memorandum No. 55/2/00? revelado
públicamente el 15 de Mayo de 2006.
Por supuesto, está en inglés y hay que dedicarse a leer
sus 464 páginas, pero no tienen desperdicio. Lo importante de
este documento es que nunca fue pensado hacerño público, de
modo que no se trata de una maniobra de ocultamiento de
información, o de demolición de datos, para engañar a la
gente. Se trata de un documento de muy alto valor, que sólo se
manejó en ciertos círculos militares y científicos del Reino
Unido.
El ovnílogo tiene el deber ético de informarse y
actualizarse. Es una necesidad vital e indispensable. Lo mismo
que estar al corriente de cuanta cosa está experimentándose,
ya está operacional o lo va a estar, en el ámbito aeronáutico
y espacial. Porque ciertamente, surcan los cielos del mundo
muchos objetos de formas y características no convencionales,
extrañas, pero...fruto de la tecnología del ?homo
sapiens?.
Y ahora ?para que nadie crea que soslayamos
deliberadamente, o no nos atrevemos a encarar el tema? vamos a
discurrir sobre la posibilidad de vida extraterrestre,
desde un punto de vista científico.
Hasta este mes de abril de 2007, no se ha podido obtener
evidencia directa de la existencia de vida
extraterrestre.
La NASA tiene previstas varias sondas para seguir
explorando planetas y lunas vecinas, en procura de encontrar
dichas evidencias. Obviamente estamos hablando de vida en
formas elementales, lo cual ya sería de por sí, un
extraordinario acontecimiento en la historia de la ciencia y
de la humanidad toda.
Se ha detectado indirectamente la presencia de presuntos
planetas en otros sistemas de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
En algunos casos se han podido obtener imágenes en la gama del
infrarrojo, de cuerpos que han resultado mucho más grandes que
nuestro vecino Júpiter, y gaseosos, por tanto, difíciles de
contener vida, aunque la validez de tales imágenes está en
disputa.
No obstante, esos planetas pueden tener lunas y pueden
haber cinturones de polvo y rocas que eventualmente podrían
ser portadores de aminoácidos o formas elementales de
vida.
Pero esto es todo, por ahora.
La paradoja de Fermi y la ecuación de Drake
Muchos entusiastas de los ET, hacen referencia a la
ecuación de Drake, pero estamos seguros que no saben
desglosarla, ni por qué surgió esa ecuación. Y menos conocen
tal vez, la paradoja de Fermi, debido a la cual Drake procuró
dar una respuesta con su ecuación.
Haciendo un poco de historia, en la década de los 40s se
había reunido un grupo de físicos, y luego de un almuerzo
comenzaron un animado diálogo en el cual se consideró que dada
la extrema antigüedad del Universo y la vasta cantidad de
estrellas, la vida extraterrestre debería ser común. Fue
entonces cuando el Físico ítalo-estadounidense Enrico Fermi
(Premio Nobel de Física en 1938 y constructor del primer
reactor nuclear experimental en la Universidad de Chicago)
preguntó a sus contertulios: ?¿Dónde están??. Fermi se planteó
por qué ?de existir una multitud de civilizaciones
extraterrestres avanzadas en nuestra galaxia, la Vía Láctea--
la evidencia de tales civilizaciones, como sondas, naves
espaciales o radio-transmisiones, nunca se había
encontrado.
La <span>paradoja de Fermi</span> tal cual la
define brevemente la NASA, consiste en ?la aparente
contradicción entre la alta probabilidad de la existencia de
civilizaciones extraterrestres y la falta de contacto con
tales civilizaciones.?
Dicho más explícitamente, ?El tamaño y la edad del
universo sugieren que deben existir muchas civilizaciones
extraterrestres tecnológicamente avanzadas. Sin embargo, esta
creencia parece lógicamente inconsistente con la falta de
evidencia observacional en su apoyo. Por tanto, o la
suposición inicial es incorrecta y la vida tecnológicamente
avanzada es mucho más rara de lo que se cree, las actuales
observaciones son incompletas y los seres humanos no han
detectado aún otras civilizaciones, o las metodologías de
búsqueda son fallidas y se buscan indicadores incorrectos.?
(Wikipedia)
La primera parte de la paradoja tiene que ver con la
dimensión de nuestra Vía Láctea y del Universo. Se calcula que
hay unas 250 mil millones de estrellas en nuestra galaxia y
unos 70 sextillones de estrellas en el universo visible. Eso
es 70 seguido de 21 ceros. Aún si se pensara en un efímero
número de estrellas que pudieran tener planetas con vida
inteligente, la cifra sería igualmente muy grande, y tan sólo
en nuestra Vía Láctea.
En cierta manera, esta consideración también parte de la
base del llamado ?principio de mediocridad? según el cual
nuestra Tierra no tiene nada de especial, y sería un planeta
más..
La segunda parte de la paradoja, se relaciona con la
capacidad de una civilización para vencer la insuficiencia o
escasez de recursos, lo cual tiene que llevarle a colonizar
nuevos lugares donde habitar, primero dentro del sistema de su
propia estrella y luego en los sistemas planetarios de otras
estrellas. Dado que no existe evidencia en la Tierra ni en
ningún otro lugar del Espacio de un intento de colonización
por extraterrestres luego de 13 mil millones de años de
historia del universo, o la existencia de otras civilizaciones
inteligentes es muy rara, o las presunciones sobre lo que
haría una civilización inteligente son erróneas.
Algunos autores han tratado de calcular cuánto tiempo le
llevaría a una civilización inteligente expandirse en la
galaxia, y las cifran varían entre 5 y 50 millones de años, lo
cual del punto de vista humano, es un enorme tiempo, aunque
sea muy poco en una escala geológica y menos aún en una
cosmológica.
Por otro lado, se calcula que aproximadamente un 10% de
las estrellas de nuestra galaxia son semejantes al Sol, y que
hay aproximadamente un millar de estrellas en un radio de 100
años luz de nuestro Sol.
Tratando de responder a la pregunta inicial de Fermi, el
radioastrónomo Frank Drake desarrollo en 1961 la siguiente
ecuación:
N = R* fp ne fl fi fc L
según la cual:
N = Cantidad de civilizaciones en la Vía Láctea
cuyas emisiones electromagnéticas son detectables
R*= Tasa de formación de estrellas adecuadas para
el desarrollo de vida inteligente
fp= Fracción de esas estrellas con sistemas
planetarios
ne= La cantidad de planetas, por sistema solar,
con un ámbito adecuado para la vida
fl= La fracción de planetas adecuados en la cual
realmente aparece la vida
fi= La fracción de planetas en los cuales emerge
vida inteligente
fc= La fracción de civilizaciones que desarrollan
una tecnología que libera señales detectables de su existencia
hacia el Espacio
L = La extensión del tiempo en que tales
civilizaciones liberan señales detectables hacia el
Espacio
(explicación del Instituto SETI)
Esta ecuación justamente ha inspirado y sustentado la
labor del Instituto SETI hasta el presente.
Los críticos a la ecuación de Drake sostienen
fundamentalmente que no hay datos empíricos para adjudicar los
valores de la misma.
Varias décadas de análisis y labor de SETI no ha
revelado ninguna emisión de radio que se repitiera de forma
periódica y con un cierto ritmo que indicara una clara
naturaleza tecnológica. El 15 de agosto de 1977 se detectó una
señal conocida como ?Wow? por la marca anotada junto a la
misma en su registro impreso. La señal duró sólo 72 segundos y
jamás se volvió a repetir.
Del 3 de Septiembre al 1º. de Octubre de 2002 se
detectaron cinco pulsos de radio en un período de 7 horas, y
cada pulso tuvo una duración de 10 minutos, separados por
aproximadamente 77 minutos de silencio. Esas señales se
conocen como GCRDJ1745-3009.
Otro pulso de radio fue detectado en
Septiembre de 2003, y acerca del mismo, el Dr. Scott Hyman,
profesor de Física en el Departamento de Física e Ingeniería
del Bryar College en Virginia, dijo: ?Es aún un enigma?. Esta
información fue publicada en el ?Astronomy Journal?.
En diciembre de 2006, la Directora del
Instituto SETI, la astrofísica Dra.Jill Tarter, declaró en un
reportaje acerca de estas señales:
?No ha habido nada acerca de ellas más allá del hecho
de que se encienden y apagan, que indique un origen
tecnológico. De modo que aún estamos con eso, y una de las
primeras cosas que vamos a estar haciendo con el Dispositivo
del Telescopio Allen y nuestro instrumental SETI es explorar
la parte interior de los 20 grados cuadrados en el plano
intergaláctico porque hay una cantidad de estrellas a lo largo
de esa línea de observación. Pero también vamos a verificar si
vemos algo con nuestro particular instrumental que ha sido
optimizado para encontrar señales tecnológicas, en oposición a
señales astrofísicas.
De modo que va a ver un gran seguimiento astronómico
sobre esto porque aún no tenemos un buen modelo para lo que
ellas son.?
<; if: p>
Esto es pues, lo más actual en lo que está embarcado el
Instituto SETI y lo que puede saberse sobre esas
señales.
<; if: p>
La rareza de la Tierra
¿Será que todo nos parece tan simple, habitual, normal,
cotidiano, que no nos hemos puesto a pensar alguna vez sobre
la enormidad de factores todos interrelacionados en su justa
proporción y medida, que han permitido que se formara ?tal
cual es? nuestro planeta, que evolucionara en la forma en que
lo hizo, y que pudiera ser sustento de la única vida
inteligente que por ahora conocemos?
Afortunadamente, hay científicos que sí lo han
pensado.
El geólogo Peter Ward, y el paleontólogo, astrónomo y
astrobiólogo Donald Brownlee son autores de un libro titulado
?Rare Earth: Why Complex Life is Uncommon in the Universe?
(Extraña Tierra: Por qué la Vida Complea No es Común en el
Universo). En el mismo establecen que las posibilidades de que
ocurran nuevamente todas las condiciones que se dieron para
que se formara la Tierra, son raras; por lo tanto la vida
inteligente ha de ser rara también.
En otras palabras, la vida tal cual la conocemos, es un
fenómeno muy ?sui-generis? en el Universo. Si ello es así, hay
científicos que deducen que la vida inteligente extraterrestre
ha de ser también tan rara que los humanos nunca haremos
contacto con ella.
Otra teoría sostiene que aunque las condiciones
necesarias para la vida fuesen comunes en el universo, la
formación en sí misma de vida, --un complejo dispositivo de
moléculas que son capaces simultáneamente de reproducción, de
crear y extraer todos los componentes básicos para
constituirse por sí mismas a partir del medio ambiente, y de
obtener energía en forma tal que se autosustenten-- , debe
finalmente ser un acontecimiento muy raro aún en mundos que
pudieran tener las adecuadas condiciones originales.
Quienes discrepan con esta manera de pensar, sostienen
que si existen condiciones en el Universo para que se dé la
vida humana, entonces el Universo cumple con esas condiciones,
dado que la vida humana existe. Por tanto, la hipótesis de la
rareza de la Tierra confunde la forma en que surgió la vida en
nuestro planeta, con una conclusión uniforme respecto a cómo
la vida debe surgir.
En tanto la probabilidad de que se den las condiciones
específicas que han permitido el desarrollo de vida
inteligente en la Tierra sea muy escasa, no obstante, la vida
compleja puede no requerir exclusivamente las condiciones de
la Tierra para poder evolucionar.
Superar la visión tecnológica humana
Dicho todo lo anterior ¿queda aún la posibilidad de que
alguna presencia extraterrestre pudiera detectarse en nuestro
planeta?
Si así es, hay que hacerse un planteo totalmente
no-humano, o fuera de nuestros actuales esquemas, respecto de
las formas en que otra civilización inteligente puede explorar
galaxias y mundos vecinos, y eventualmente colonizarles.
Los círculos científicos consideran que un tipo de sonda
como la propuesta por el matemático y físico
húngaro-estadounidense John von Neumann, podría explorar
exhaustivamente una galaxia como la Vía Láctea en menos de 500
mil años, con una inversión relativamente pequeña en
materiales y energía, si se le compara con los resultados a
obtener
Una sonda von Neumann es un navío espacial no
tripulado, diseñado para investigar un determinado objetivo y
transmitir información a su sistema de origen. Se trataría de
máquinas inteligentes que se replicarían a sí mismas, --lo que
von Neumann llamó ?Ensambladoras Universales?.
Si una sonda de tal tipo encuentra evidencia de vida
primitiva, o de una cultura de bajo nivel, puede estar
programada para permanecer durmiente, para observar
silenciosamente, o para hacer contacto, y aún interferir o
guiar la evolución de la vida en el lugar que ha encontrado.
Vale aquí recordar el ?monolito? en la Luna, de la novela de
Arthur Clarke ?2001: Odisea del Espacio?, que manejaba
esta idea.
En este segundo caso, tendríamos una sonda de
Bracewell, físico e ingeniero eléctrico australiano que
desde 1955 ha trabajado en la Facultad de Ingeniería Eléctrica
de la Universidad de Stanford, en California, EE.UU.
La Enciclopedia de Astrobiología, Astronomía y Vuelos
Espaciales, define de esta manera una sonda de
Bracewell:
?Un aparato espacial automático hipotético, enviado
por razas tecnológicas con el objeto de hacer contacto e
intercambiar información con otros seres inteligentes en la
galaxia. Bracewell discutió su posibilidad en 1960. Bracewell
argumentó que ?sondas mensajeras? interestelares, como él las
llamó, ofrecían una alternativa atractiva al convencional
encare de SETI de escuchar por señales extraterrestres y, de
tener éxito, embarcarse en un lento diálogo a través de muchos
años-luz.?
Desde fines de la década de 1950, se ha llevado a cabo
una exploración cada vez más amplia de nuestro sistema solar y
no se ha encontrado la más mínima evidencia de que haya sido
jamás visitado por colonizadores alienígenas, ni se ha
descubierto ningún tipo de semejantes sondas.
Pero, aún estos planteos que suponen naves y sondas
materiales, no van mucho más lejos de lo que la presente
tecnología humana permite imaginar para un futuro no muy
lejano.
La tarea presente y futura
¿Es posible que una civilización inteligente, procedente
del Espacio o de un universo paralelo, nos esté explorando sin
que nos demos cuenta?
Responder a esta interrogante exige ubicarse en el
planteo hecho por el astrofísico italiano Dr. Massimo
Teodorani, que reproducimos en su totalidad en esta página
Web, en el trabajo científico titulado ?Física desde los
Datos OVNI? y que hemos recogido en nuestra
conferencia ?Y...¿si los OVNIs existen??.
Quizás, siguiendo su planteo y esquema de trabajo, pueda
realmente descubrirse la existencia de una tecnología
no-humana entre nosotros..
Hablamos entonces de sondas exploratorias energéticas,
capaces de recabar información y enviarla a un puesto de
origen.
Pero también podemos concebir ingenios exploratorios que
sean en sí mismos formas de vida productos de ingeniería
biológica creadas mediante biología sintética, las cuales
incluso podrían desintegrarse en determinado momento, sin
dejar evidencia. O bien puede tratarse de un sistema de
recolección de datos mediante nanotecnología molecular, el
cual puede estar alrededor nuestro y pasar completamente
desapercibido e indetectable.
Esto, supera largamente la presencia de artefactos
materiales en forma de naves, con tripulantes incluidos, lo
cual a esta altura, resultaría para una civilización
altísimamente desarrollada, un anacronismo, algo
obsoleto.
En resumen, si somos explorados o visitados por una
civilización extraterrestre, ello implicaría el uso de
tecnologías mucho más avanzadas que las expuestas por los
partidarios de la HET. Y eso está aún por verificarse.
Es la tarea presente y futura para los ovnílogos que quieran
llevarla adelante.
Milton W. Hourcade
Virginia, abril 15 de 2007
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Exopolitics Chile
Con absoluta complacencia, deseo por encima de las
controversias, felicitar al Sr. Saucedo por tan finas
observaciones y por el agudo sentido crítico que, en
efecto, tanta falta le hace a la ufología -como prefiero
llamarla en vistas sólo d
...el
convencionalismo-. Este artículo es consistente de punta a
cabo y representa el verdadero modo de discutir
argumentativamente una cuestión que, pese a los ángulos
harto refractarios que en él se presentan, sigue
constituyendo quizá el más apremiante de todos.
Respecto los específicos enfoques que ofrece, y el
paradigma en que se encierra, quiero también destacar la
fortaleza del "recambio paradigmático" en cuanto se basa
sobre la constatación de que en efecto, la amplia
literatura OVNI, en más de 50 años de heterogéneo esfuerzo
y seriedad, en suma, no modifica la típica descripción de
los supuestos vehículos. Es decir, que a pesar de que
contamos con un ingente número de formas y
sustancialidades para los OVNIs, la conducta motriz y
naturaleza de los mismos, sigue siendo la misma desde
Arnold, Keyhoe, etc. Y entonces, bien cabe preguntarse lo
que el Sr. Saucedo enfatiza e implica, ¿acaso no podría
tratarse, tras la impactante verificación de nuestros
propios progresos, desde luego exponenciales en su
evolución, de una tecnología terrestre, secreta o no,
militar o privada, que se pararía en el firmamento a
deslumbrarnos, zigzagueando, desapareciendo o rompiendo la
lógica radarista, la que en verdad explicaría nuestro
desconcierto ufológico?
En efecto, cuántas veces no
será ni fue así. No es sensato dudar de las infatigables
mejoras aeronáuticas, tanto comerciales como bélicas. Sin
acercarme siquiera un poco al conocimiento de la aviación,
no he podido menos que quedarme estupefacto de lo que tan
siquiera Discovery Channel nos muestra orgullosamente
sobre el armamento aéreo estadounidense.
Sin embargo,
no estoy de acuerdo con el espíritu del texto. Y creo que
sólo podría compartir el anhelo de ciencia y verdad que el
Sr Saucedo manifiesta y que insisto en halagar. Pues
contamos con la Paleoastronáutica, con la ufología
abductista -cuyo acceso por medio de hipnosis regresiva me
ha sorprendido en mi propia consulta clínica-, con el
desbordante fenómeno de los agroglifos, y con el
deslizamiento de acuciantes informaciones sobre
Parapolítica y Conspiraciones referidas a la existencia
extraterrestre sobre un plano de relaciones
interculturales (ver el abrumador portento que implican
las entrevistas de Project Camelot).
Ahora bien,
nuevamente quiero agradecer al Sr. Saucedo por poner la
cuestion sobre un fulcro crítico, pues nos obliga a los
"meta-escépticos del paradigma exopolítico (del cual
escribo justo ahora un artículo para ser publicado en
nuestro sitio web)" a establecer una plataforma
epistemológica convergente si aún nos vamos a referir,
retroactivamente dirán algunos, a la "problemática
ontológica", como podríamos llamarla acá, es decir,
aquella que esmera su trabajo en probar o desaprobar, con
medios lógico-deductivos, y alcances inductivos sobre el
terreno, la existencia o inexistencia de seres
extraterrestres visitando la Tierra, transportados en
objetos voladores no identificados, o bien, identificados
como naves espaciales alienígenas. O sea, que el punto
nuevamente no estaría tanto en los contenidos que cada
facción ponga sobre la mesa, sino en el método de
exploración que utilizan para garantizarse un legítimo
puesto en la discusión. Y eso es epistemología.
¿Qué
clase de continuidad historiográfica aplicarle a los
hallazgos de la investigación paleoastronáutica? ¿Cómo
enfrentar la compleja fenomenología de los "crop circles"?
¿Y de qué forma descartar la abundante testificación de
decenas, sino cientos, de ex-personeros gubernamentales
acerca de la realidad exopolítica?
Por ahora, sólo
quisiera recuperar el sentido de este comentario cual es
el de resaltar que el modo es éste. La circunscripción
definida de los paradigmas permite ex post facto la
síntesis, la "osmosis", el diálogo científico. Y me temo
tanto declarar que pese a considerarme un "exopolitician",
pues ya opté por una convicción tras 20 años de
investigación rigurosa, sigo prefiriendo el enfrentamiento
temático con los escépticos que con los crédulos, y eso no
habla bien del campo de conocimiento que tildo del más
urgente de entre todos.Ver
más